Bloqueo de EE UU impide desarrollo pleno y normal a los cubanos
Cándido Domínguez (AIN)
El férreo bloqueo que el gobierno de Estados
Unidos mantiene contra Cuba hace 46 años impide las posibilidades de un
desarrollo pleno y normal del pueblo de Cuba, dijo a la AIN el
reverendo Odén Marichal.
El bloqueo constituye un complejo sistema de decretos, leyes,
incluso extra-territoriales, iniciativas, medidas, sobornos, chantajes,
agresiones, intrigas, persecuciones y crímenes de todo tipo, dirigido
contra los cubanos, añadió el rector de la parroquia episcopal Fieles a
Jesús y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Marichal añadió que el objetivo de esa medida es poner trabas al
comercio de la Isla, deprimir su economía y frenar el acceso a recursos
financieros, con la intención de crear descontento y desaliento en el
pueblo, por lo que tiene fines eminentemente políticos.
Pero desde el punto de vista moral, social y político, hemos
respondido al asedio y bloqueo más largo que recuerde la historia
humana con una paciente cultura de la resistencia, es decir, con
inteligencia e ingeniosidad para preservar nuestra independencia y
soberanía, enfatizó.
Ante el bloqueo, la nación se ha crecido y no ha sucumbido a la
queja y el lamento, afirmó Marichal, quien es también profesor del
Seminario Evangélico de Teología en la ciudad de Matanzas y director
del Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba.
Opinó que para la parte norteamericana ha habido consecuencias
negativas también, especialmente aquellas que tanto se empeñan en
propagandizar como libertades y logros de su democracia, como es la
prohibición de viajar libremente a Cuba y los daños al libre comercio
norteamericano con la mayor de las Antillas.
No obstante, más de la mitad de los Estados de la Unión, así como
más de 120 compañías de alimentos comercian con Cuba, en virtud de una
excepción legal del año 2000, pero siempre bajo restricciones onerosas
que no permiten desarrollar libremente el comercio, explicó.
Precisó que el bloqueo afecta y tiene un balance ambivalente en los
vínculos entre las instituciones religiosas de ambos países.
"Por ejemplo, casi la totalidad de las iglesias cubanas --para no
ser absolutos-- se hicieron autónomas y nacionales en las décadas de
los 60 y 70 del siglo XX, por causa de la separación e incomunicación
que el bloqueo produjo en sus primeros años", explicó.
Agregó que eso no fue malo para la parte cubana, pues la reflexión
teológica devino autóctona, teniendo como texto principal la Biblia sin
las mediaciones de los antiguos centros religiosos en Estados Unidos y
Europa.
Precisó que se reforzó el ecumenismo como medio para resistir y hubo
más acercamiento al Caribe y América Latina. Pero en los años 80 del
siglo XX, acotó, las iglesias norteamericanas se sensibilizaron con los
daños que su gobierno causaba a la población cubana por las carencias
de medicamentos y alimentos, debido al bloqueo, y desarrollaron
programas de solidaridad y de ayuda humanitaria.
Señaló que de inmediato las administraciones norteamericanas
pusieron renovado énfasis en aislar y separar a las instituciones
religiosas de Cuba y de su país, han tratado de satanizar las
instituciones más prestigiosas, tanto aquí como allá, e interrumpieron
la ayuda que cumplía una función humanitaria, dijo Odén Marichal.
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