Da Vinci esbozó los tacones altos
Por María Elena Balán S. (AIN)
Cuando menos se espera, aparecen evidencias de artículos, instrumentos, armas, aviones y otras novedades ideadas por el célebre arquitecto, escultor y pintor Leonardo Da Vinci.
Ya no es sólo la famosa pintura de La Gioconda la que revela de vez en cuando algún que otro dato curioso, ahora se trata de algo que parece trivial, pero que en la práctica ha tenido gran incidencia en el desarrollo de la moda en todo el mundo.
Revelaciones difundidas por la firma británica Shoe Express afirman que se cumplieron recientemente 500 años del día en que Da Vinci creó el diseño de los tacones altos.
El medio milenio de tal acontecimiento fue celebrado por la referida compañía, la cual asevera que en 1507 el inventor italiano tuvo la idea de crear este tipo de calzado para que las personas lucieran más elegantes, al verse más altas.
Estudiosos del tema señalan que Leonardo Da Vinci calificó a los pies como «una de las piezas más perfectas de ingeniería», tal vez por aquello de que aguantan el peso de todo el cuerpo.
Como era un hombre de gran gusto estético se interesó, entre sus muchas ocupaciones por encontrar un medio para realzar la belleza de las piernas femeninas.
Los tacones altos llevados con buen dominio por una mujer provoca la impresión de estar delante de una figura más estilizada, ya que obliga a adoptar una postura más erguida.
Desde hace algunos años, para estar a la moda hay que calzar zapatos altos y finos, que enfundan los dedos en estrechísimas y alargadas punteras. Hay detractores de este tipo de calzado, sobre todo entre quienes -como los podólogos- se dedican al cuidado de los pies. Ellos aconsejan tener cuidado con la estrechez del zapato, ya que ese factor provoca que los dedos se superpongan unos sobre otros, lo que a su vez repercute en el hundimiento de los metatarsianos centrales (los huesos que conforman el empeine).
También llaman a reflexionar acerca de la altura del tacón y valorarlo en función de la estatura de la mujer y la medida de su pie, pues no es lo mismo 12 centímetros de tacón en una señora que mide 1,70 cm (que normalmente lo tiene más grande) que en otra de 1,50 (cuya extremidad será más corta), lo que conlleva una mayor inclinación del
pie.
Aunque aceptamos que el invento de hace medio milenio, que ahora se le adjudica a Leonardo Da Vinci realza la elegancia femenina, bien vale reservar los tacones altos y los zapatos estrechos o con tiras para las ocasiones especiales y decidirnos por calzado más bajo, adaptado a la anchura del pie y al peso de la persona, para desarrollar las tareas
cotidianas.
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