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Sin distinción de edad aparece la depresión

Sin distinción de edad aparece la depresión

Doris Hernández Fernández

 La depresión es tan vieja como la humanidad. Durante muchos siglos ha sido tratada por brujos y sacerdotes con todo tipo de opciones, baños y cambios de ambiente.


Hipócrates (griego considerado padre de la medicina occidental) la describió con precisión y la llamó melancolía. 

   
Esta dolencia se presenta prácticamente en todas las edades, con diferentes manifestaciones típicas de cada grupo: niñez, adolescencia, la adultez y en la tercera edad, ya que en cada una de esas etapas existen características particulares que hay que tomar en cuenta.


Se calcula que la depresión en el 60 por ciento de los pacientes resulta una enfermedad a largo plazo y las recaídas ocurren entre el 50 y 80 por ciento de los casos en el curso de su vida.


Durante los dos años posteriores al primer episodio, del 50 al 80 por ciento presenta una recaída.


Esto es debido en gran medida a los efectos adversos de los antidepresivos,  la falta del cumplimiento del esquema terapéutico por parte del paciente, y la utilización por el médico de dosis subterapéuticas.


Ella está asociada a una significativa morbimortalidad y a un enorme costo económico.

Lo que indican las cifras:

Los trastornos depresivos cuestan anualmente a nivel mundial 50 billones de dólares, solamente superado por el cáncer (110 billones de dólares) y el SIDA (70 billones de dólares) y semejante a la diabetes y las enfermedades coronarias basadas en el costo total. 

 
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 100 millones de nuevos casos cada año en el mundo, con una alta prevalencia (número de casos de una enfermedad o evento en una población y en un momento dado) en el adulto, con un 15 por ciento de hombres y un 24 por ciento de mujeres.

 

La mayor cantidad de pacientes está comprendida en la población productiva (entre 18 y 45 años), con un 70 por ciento de los casos.

 

De acuerdo con pronósticos en 2020 será la primera causa de enfermedad, esperándose una prevalencia para la Depresión Mayor entre un 15 y un 20 por ciento, así como un 3,5 por ciento para la Distimia o Trastorno Distímico.


En el mundo, entre la tercera y la cuarta parte del total de las consultas hechas en el nivel primario de atención tienen como causa los trastornos depresivos y de ansiedad.

 

Gran parte de la depresión existente en la comunidad no llega a reconocerse ni a tratarse.


Es frecuente  no reconocer la depresión sobre todo en ancianos y en pacientes cuya presentación es predominantemente somática.


Hay obstáculos para el reconocimiento de un trastorno depresivo en el primer nivel, pues los pacientes se quejan de trastornos físicos y no de trastornos emocionales.

 

Una persona con una Depresión Mayor puede consultarse por insomnio, anorexia y fatiga y no identifica lo que se siente como depresión.

 

También puede mostrarse renuente a admitir problemas afectivos o psicológicos, debido al estigma social que desafortunadamente todavía está asociado a los trastornos mentales.


Limitaciones de tiempo, en una consulta médica, puede interferir con el interrogatorio acerca de síntomas depresivos.


La depresión constituye una causa frecuente de suicidio y el riesgo de este en el curso de la vida de quienes padecen de Depresión Mayor es de un 15 por ciento.


El suicidio ocupa una de las primeras causas de muerte en el mundo. Cifras difundidas por la OMS indican que cada día se suicidan en el orbe mil personas y por cada caso consumado se realizan ocho intentos suicidas.


1 comentario

MAKRISTY -

TENGO DEPRESION AYUDENME PORFAVOR,YA NO AGUANTO ESTO