Matías Pérez y su vuelo a la inmortalidad
Por Charly Morales Valido (PL)
Agobiados por el sofocante calor, muy pocos cubanos recordaron el domingo el aniversario 152 del vuelo fatal que convirtió al emprendedor Matías Pérez en una leyenda nacional.
Los cubanos viven otro domingo de canícula y algunos miran al cielo preguntándose si en las alturas correrá más aire fresco y habrá quien quiera volar como el susodicho sujeto.
Sin embargo, quienes conocen qué ocurrió aquel 29 de junio de 1856 lo pensarían dos veces antes de querer emular la hazaña del entusiasta toldero portugués radicado en La Habana.
Aquella tarde Pérez abordó la barquilla del globo Villa de París y despegó de la capitalina Plaza de Marte, pese a las advertencias sobre un inminente temporal.
Tanto se elevó el entonces conocido como Rey de los Toldos, que pronto fue perdido de vista sobre la desembocadura del río Almendares, mientras el viento lo empujaba mar adentro.
Aventurero nato, Pérez soñaba con conquistar los aires y alcanzar la gloria, como los franceses Robertson, Morad y Godard, o el hojalatero Domingo Blinó, pionero de la aeronáutica cubana.
Al parecer una recurrente falla en la válvula de escape del globo le impidió al aeronauta controlar la nave, que nunca fue encontrada pese a una intensa búsqueda por mar y tierra.
Sin embargo, aquella tragedia le concedió la soñada inmortalidad, pues aún hoy, cuando alguien desaparece sin dejar rastro, el cubano sentencia magistralmente: ¡Voló como Matías Pérez!
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