Beijing a la espera del pitazo de arranque

Por Luis Melián, enviado especial (PL)

Con la antorcha olímpica por sus calles, todas las instalaciones listas y la ceremonia inaugural bien ensayada, la capital china está hoy a la espera del pitazo de arranque de la XXIX cita estival.

La llama olímpica recorrerá buena parte de las calles de esta urbe hasta la tarde del próximo viernes cuando llegará al Estadio Nacional, el Nido de Pájaro.

Pocas horas después, a las ocho de la noche, el momento más esperado: la inauguración de los juegos.

Si la entrega y apertura de las instalaciones y su estreno en entrenamientos por los atletas dieron vida a Beijing como sede olímpica, la antorcha trae tanta o más alegría.

No sólo por la proximidad de la fecha inaugural, sino porque la población siente el premio a los esfuerzos realizados más cerca.

Una docena de recintos construidos para las competencias, otros remodelados casi totalmente, una nueva terminal aeroportuaria, la más grande del mundo, el metro ampliado, la Villa Olímpica…

Miles de deportistas, entrenadores, federativos y árbitros ya en casa, periodistas y fotógrafos activos en cualquier parte de la ciudad.

Todo está probado y todo funciona

Varios estadistas y otras personalidades invitadas a la ceremonia inaugural ya se encuentran aquí cumpliendo programas colaterales.

Sin abandonar ningún detalle organizativo, la atención parece concentrarse en dos aspectos. Uno de ellos es la incógnita en torno a la apertura, aún cuando parte de su contenido trascendió en los últimos días.

Pirotecnia, historia, cultura, tecnología futurística, mensajes, danza, acrobacia, desfile de las delegaciones, más de 70 jefes de estados y Gobierno, 160 000 personas en total que serán testigos y protagonistas del gran momento.

Eso se sabe, pero también se reconoce que ello sólo es parte de un todo, ensayado tres veces desde finales del mes pasado.

Y el otro aspecto también es una gran pregunta. ¿Cómo se comportará la madre natura ese día en una sede que organiza unos juegos verdes?

El Comité Olímpico afirma que la calidad del aire no constituye un problema, con lo cual despeja las dudas en ese sentido alimentadas por una de las campañas lanzadas contra China desde el mismo momento en que se le otorgó el derecho de ser anfitriona de esta cita.

Se pronostica lluvia y tormentas eléctricas para esa fecha, según adelantó la vicedirectora de la Oficina de Meteorología, Wang Jianjie. Pero hasta para esa eventualidad hay planes.

Los organizadores han tomado medidas para reducir, retrasar o adelantar la lluvia antes de que llegue al Estadio Nacional. Los planes prevén dispersarla o provocarla artificialmente para disminuir la temperatura cuando haya suficientes nubes, según explicaron.

Pero el deseo común es que la naturaleza se sume a esta fiesta como otra gran fuente de alegría. De no hacerlo, bienvenido el titular de un diario local: El día podría estar mojado pero no puede humedecer el espíritu.

El deseo y el mensaje también son válidos para las subsedes: Shanghai, Tianjin, Shenyang, Qinhuangdao (eliminatorias de fútbol), Qingdao (velas) y Hong Kong (justa ecuestre).

(Tomado de CubaSi.cu)