Al que no escucha consejos le duele la espalda
Roberto Pérez Betancourt
Las correctas posturas que la persona asume al sentarse, realizar tareas en esa posición, permanecer de pie o caminar y respirar, podrían saludablemente influir en el bienestar físico durante toda su vida, especialmente en la llamada tercera edad.
Aunque desde niño el ser humano escucha recomendaciones de sentarse derecho, no apoyar las muñecas al manipular el ratón de la computadora, accionar el teclado a un nivel inferior del monitor de esta, no encorvarse sobre la mesa, y otras, lo cierto es que la mayoría empieza a preocuparse sólo cuando un día se escucha a sí mismo quejarse: "¡Qué dolor de espalda!".
Nunca es tarde para comenzar a cambiar malos hábitos. Pero si desde edad temprana se aprende a asimilar consejos, se podrá evitar el lamento.
Además de posturas rectas de la columna vertebral, expertos aconsejan respirar bien.
Es sorprendente descubrir que muchas personas no saben que respiran insuficientemente, con un ritmo desigual, lo que conduce a una disminución progresiva de su capacidad pulmonar, con riesgos añadidos según transcurren los años.
Dedicar varios minutos del día a ejercicios respiratorios profundos y relajantes del sistema nervioso y muscular, es esencial para la salud, en términos generales.
Y entre los entrenamientos físicos más convenientes, nadar y volver a nadar, en agua dulce o salada, es el más efectivo, pues incluye un movimiento integral del sistema muscular y óseo. Si nada de espaldas, especialmente lo agradecerán los músculos de esa zona del cuerpo y la cervical.
Quienes laboran sentados suelen padecer de dolor de espalda agudo, a ratos insoportable, que insta a ponerse de pie y andar unos pasos. Si la jornada es larga, entonces resulta conveniente levantarse y caminar un poco.
Estirarse es una práctica saludable. Recuerde que los deportistas se estiran para calentar los músculos y conservar la flexibilidad. Después, un baño con agua caliente contribuye a la relajación necesaria.
La sistemática práctica de algún deporte contribuye en todo sentido, aunque si usted ha sido habitual sedentario al principio le dolerán hasta los dedos de los pies. Sin embargo, poco a poco observará que esos malestares ceden.
Cada persona es una individualidad con sus propios estados físicos y emocionales. Por ello, antes de iniciarse en el deporte activo es recomendable consultar a un médico, quien indicará un examen de rutina del que derivarán las recomendaciones específicas.
Si no existen posibilidades de nadar o practicar otro deporte, es conveniente la caminata con sentido de ejercitación, respirando profundamente y moviendo los brazos a lo largo del cuerpo para ayudar al corazón a bombear sangre.
1 comentario
Diario de poesía -
Saludos.
Verónica Andrea Ruscio